La obra nos invita a recorrer otro camino, más cercano a la intimidad, a la realidad cotidiana, a la valoración de unos principios éticos a veces ensombrecidos por la distorsión. Nos invita, en fin, a conocer en profundidad los mecanismos creadores de Valle-Inclán, su compromiso irreductible con su posicionamiento ético en el mundo y cómo todo ello genera una de las obras cumbre de nuestra literatura.
Don Ramón María del Valle-Inclán -A través de Ramón Gómez de las Serna- es la historia de un momento donde escribir y vivir podían aún conjugarse sinónimamente. Hay escritores que deciden serlo para enseñarnos un virtuosismo, para enseñarnos una forma de tejer con sílabas, palabras, acústicas o formas de mirar, y hay otros que primero necesitan vivir un grito interior y después de haberlo vivido saben tejer con palabras esa vivencia.
Esta es la historia de un Madrid que ya no existe, un Madrid que nació en el cambio de siglo después de la pérdida de una guerra, de unas colonias, de la pérdida de una esperanza, de una forma de entenderse en el mundo. Un Madrid que se empieza a construir con el desastre de Cuba, Filipinas y Puerto Rico y que se desvanecerá con otra guerra, la del 36.
Esta también es la historia de la bohemia, de las vanguardias, de la pintura, de la música y de cómo los medios de comunicación de masas llegan a nuestra cultura para no irse jamás.
Es la historia de una mirada, la de Don Ramón Gómez de la Serna. La mirada encuentra unas palabras y esas palabras
buscan un eco en la vida y la obra de Don Ramón María del Valle-Inclán. Es un diálogo, un diálogo entre ecos, un diálogo fantasmagórico, un diálogo desde las ausencias. Es una reflexión sobre la validez de la literatura para entender la vida. Es la literatura como columna vertebral de una vida. Es un espectáculo que nos tiene que hacer intuir, entender, sintonizar, vibrar, sentir los ecos de una época impresionante, de una época en donde el
arte y la vida se daban la mano. Quizá esa época vuelva a estar viva entre nosotros.
Un espectáculo de Xavier Albertí
Intérpretes: Pedro Casablanc y Mario Molina (piano)
Diseño de iluminación: Juan Gómez-Cornejo (AAI)
Ayudante de dirección: Jorge Gonzalo
Coordinador general: Jacinto Bravo
Producción ejecutiva: Salvador Aznar
Una producción de Teatro Español y Bravo Teatro
En Don Ramón María del Valle-Inclán a través de Ramón Gómez de la Serna se produce un doble retrato, el del retratista y el retratado, los dos Ramones.
Viajando hacia la vida, la obra y el alma de Valle Inclán, Gómez de la Serna nos permite observar sus herramientas de análisis, sus instrumentos de disección, su canon estético.
Así se produce el milagro de la suma estilística y vital de dos creadores literarios esenciales para entender una buena parte de las vanguardias españolas del siglo XX.
Muchas han sido las aproximaciones ditirámbicas hacia la figura de Valle, esperpénticas incluso, para hacer honor al género por él bautizado.
Gómez de la Serna nos invita a recorrer otro camino, más cercano a la intimidad, a la realidad cotidiana, a la valoración de unos principios éticos a veces ensombrecidos por la distorsión.
Nos invita, en fin, a conocer en profundidad los mecanismos creadores de Valle, su compromiso irreductible con su posicionamiento ético en el mundo y como todo ello genera una de las obras cumbre de nuestra literatura.
Disponibilidad